Fecha: junio 9, 2022

El portero del Recoletas Atlético Valladolid vivió durante diez años en Zaratán, donde también ha pasado muchos veranos de su niñez y donde todavía vive mucha de su familia y amigos. En estas Fiestas dará el pregón de inicio.

¿Cómo le dijeron que iba a ser el pregonero de las fiestas de Zaratán?

Primero me llamó Vidal, que era el concejal de festejos hace dos años. Entonces ya lo tenía cerrado conmigo, y cuando se produjo el cambio de gobierno, Roberto me llamó antes de Navidades para confirmarme de que sí, que era yo el pregonero. Obviamente que acepté.

¿Qué sintió en ese momento?

Pues mucho orgullo, porque al final es el pueblo en el que he estado toda mi vida: ahí he vivido, he pasado todos los veranos desde pequeño, mi familia es de Zaratán… Luego también es una responsabilidad, ya que debes dar el pregón ante muchas personas que conoces, por lo que espero no emocionarme ante tanta gente. Como vecino conozco a muchas personas en la localidad, sobre todo gente del pueblo de toda la vida. Por eso es una responsabilidad quedar bien delante de toda esa gente, pero sobre todo un orgullo. El orgullo de que alguien de tu pueblo piense en tí para dar el pregón es algo que no se puede explicar. Para mí es una satisfacción inmensa.

¿Cuánto tiempo estuvo aquí y qué es lo que más le gustaba de vivir en Zaratán?

Primero viví en Valladolid y luego me vine con mis padres por un período de diez años. La calidad de vida es mucho mejor en un pueblo. Tiene las comodidades de un pueblo grande pero también la intimidad de un pueblo pequeño. Luego el salir por las calles y que te conozcan los vecinos no por ser deportista sino por haber vivido allí y haber pasado allí todos los veranos con mis abuelos, mis tíos… esas son las ventajas del pueblo, el ambiente, el estar a tu bola.

¿Qué recuerdos guarda?

Jugar en las casas nuevas, que es donde vive mi abuela, con los chicos y las chicas de mi edad, o estar toda la tarde por ahí, ir a las piscinas y jugar con la gente de mi edad. Luego mis tías vivían ya por la Plaza Mayor, por la Calle del Campillo, y recuerdo estar todos los sábados sentados en la puerta de sus casas, en los locales que tienen allí, en las cocheras. También ir al quiosco “de la Conchi”…

¿Cree que el haberse criado en Zaratán ha influido en su carrera?

Claro que sí. Hoy en día se dice que los buenos jugadores se han hecho en la calle, y yo en la calle he jugado muchísimos años. La gente buena, se dice, se hace en el cemento y no en el parqué de los polideportivos.

Como deportista de élite, ¿recomendaría a otros que vivieran en lugares como Zaratán?

Por supuesto que sí. Al final para un deportista la tranquilidad vale mucho, y al final en un pueblo la tienes. Y más en un pueblo cercano a Valladolid, que en muy poco tiempo estás en el pabellón.

¿Va a quedarse en Zaratán a disfrutar de las fiestas?

He ido todos los años, mi familia es de allí, mis padres son de allí, así que voy el jueves que empiezan y ya hasta el lunes no me voy. Además, no jugamos ni entrenamos porque ya ha acabado la liga, así que aprovecho para quedarme los cuatro días allí y disfrutarlas. Todos los años hago eso, voy para allá y me paso allí el fin de semana, incluso ha habido años que he hecho peña. Son unas fiestas que se cogen con muchas ganas, por lo que espero que todos podamos disfrutar del programa tras dos años canceladas por la pandemia.