El municipio ha vivido una tarde mágica con el encendido oficial de la iluminación navideña, que ha estado amenizado por unos villancicos muy flamencos y un reparto de polvorones
A unos minutos de las seis y media de la tarde de este viernes, la plaza Mayor de Zaratán ya irradiaba una luz especial, pues la ilusión y la magia de estas fechas podía verse reflejada en los ojos de los zarataneros y zarateneras de todas las edades que esperaban impacientes a que la cuenta atrás prendiera la mecha de la Navidad con el encendido oficial de la iluminación navideña.
Poco a poco, el ágora fue llenándose de vecinos que no querían perderse esta tradición con la que cada año dan por inauguradas las fiestas, y esta vez lo hicieron al son de ‘El Sarao de los Flamenquitos’ y de sus villancicos flamencos que, con ‘Palillos y Panderos’, ‘Mi burrito sabanero’, ‘Ande, ande, ande, la Marimorena’ y hasta villancicos en formato de sevillanas amenizaron los momentos previos de esta tarde mágica.
En su intervención previa al gran momento, el alcalde, Roberto Migallón, subrayó el espíritu navideño de los vecinos, haciendo referencia a que las luces no eran lo único en iluminar la plazo, sino que a ello se sumaba «algo mucho más importante». «Se ilumina con la alegría de reencontrarnos, con la ilusión de los más pequeños y con el cariño de este pueblo que siempre sabe unirse. Este momento marca el inicio de unas semanas especiales en las que recordamos que lo mejor que tenemos está aquí, en nuestra gente, en quienes trabajan por el bienestar del pueblo, en las familias que mantienen vivas sus tradiciones y en cada vecino que hace de Zaratán un lugar cálido y cercano», añadió, deseando que «estas luces nos recuerden que hasta en los días más fríos siempre podemos encender esperanza, solidaridad y unión. Con ese espíritu y con el corazón de Zaratán, damos comienzo a la Navidad».
Tras estas palabras, el primer edil invitó a los más pequeños a realizar la cuenta atrás junto a él para, todos unidos, encender la Navidad en la localidad. Y con las luces prendidas y el aplauso de todos los vecinos, los músicos volvieron a tomar los instrumentos y el micrófono para continuar con la tarde flamenca, ambientando con sus canciones el posterior reparto de polvorones El Toro donde todos los vecinos pasaron a recoger uno de estos dulces tan típicos de estas fechas.
